jueves, 7 de octubre de 2010

Cristal de Ménière


"-Cuando era pequeño, una vez me caí y perdí el cristal de las gafas –comenzó a relatar el hombre, sin razón aparente-. Cayó en un charco y, aunque estuve buscándolo, no pude encontrarlo. Porque no tenía gafas, no veía nada, claro.

Lola rió para sus adentros. Más Torpe impenitente.

-Esa misma noche, heló por primera vez aquel invierno –continuó-. Y el charco del patio se congeló. Un día de calor, a primeros de marzo, me acerqué hasta la capa de hielo, que había empezado a derretirse. Y allí estaba, por supuesto, el cristal de mis gafas. Intacto.

-Bonita historia –murmuró Lola, tratando de hacerse oír por encima de las gaviotas.
-Lo sé.
-Tal vez termine quedándome todo el invierno. No importa cuántos cánticos escuche.
-Ya veo…
-Es que creo que a mi mar interior le gustan estas mareas."

Pilar Vera (Cámara oscura)

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