miércoles, 31 de marzo de 2010

La espiral del sueño


"Aurora recordó al animal que alcanzó a distinguir, huyendo en estampida, mientras se abría paso a través del bosque. Asintió, con la mirada perdida, y levantó la espada medio oxidada que portaba a la espalda. Ante semejante gesto -al fin y al cabo, Aurora era dama de absurdos ropajes, cabellera de enjambre, gesto ausente y pronto acero- el caballero dejó escapar un alarido.

Un fuerte olor a quemado llenó el aire y la raíz pulposa, sesgada en dos, retrocedió de nuevo a lo oscuro.

Aurora suspiró, tratando de dominar la ira.

-No vuelvas... -silbó entre dientes-. No vuelvas a tocar mis peonias."

viernes, 12 de marzo de 2010

Ante el lienzo en blanco


"Ninguno de los dos era sincero pero lo fingíamos y ambos aceptábamos, de antemano, la situación. Pero las más de las veces, callábamos. Nos bastaba con mirarnos y sabernos. Nada nos importaban los silencios. Estábamos juntos y era suficiente. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro: aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida eran sencillamente la felicidad. Yo buscaba en la cabeza temas de conversación que pudieran interesarla, pero me sucedía lo mismo que ante el lienzo en blanco: no se me ocurría nada. A mayor empeño, mayor ofuscación. Se lo expliqué una mañana que, como de costumbre, caminábamos cogidos de la mano: ¿Qué vamos a decirnos? Me siento feliz así, respondió ella."

sábado, 6 de marzo de 2010

Mil vezes tu te foste embora



Os velhos amantes, de Jacques Brel, llevada al fado por Misia